En este artículo, vamos a explorar la evolución del arte griego hasta llegar al estilo helenístico, que se desarrolló entre finales del siglo IV a.C. y el siglo II a.C. En este período, el arte griego experimentó una transformación significativa, influenciado por la expansión imperial de Alejandro Magno y los cambios políticos y sociales en Grecia.
Durante el arte helenístico, se observa un énfasis en la creación de obras maestras con mayor emotividad y naturalismo. El estilo se caracteriza por la patetismo, individualismo y expresividad en la escultura, y una tensión entre la estética europea y asiática en la arquitectura. Además, la pintura experimentó un renacimiento con la técnica de mosaico de mármol de colores y cerámicas tanagras.
En este artículo, nos centraremos en las características y estilos del arte helenístico, destacando a los artistas más influyentes y obras maestras de esta época. Aprenderemos cómo el arte griego evolucionó hasta convertirse en un estilo ecléctico que combina elementos estéticos del pasado con influencias asiáticas y occidentales.
Características del Arte Helenístico

El Arte Helenístico se caracterizó por una mayor naturalidad y realismo en sus representaciones, lo que fue logrado mediante la utilización de técnicas más precisas y detalladas. Las figuras humanas se vuelven cada vez más naturales y realistas, con un enfoque en la captura de la expresión facial y corporal. Los artistas helenísticos también experimentaron con la escultura y la pintura de relieve, creando obras que parecían saltar del pedestal o de la pared.
Otra característica clave del Arte Helenístico es su tendencia hacia el patetismo y el dramatismo. Las figuras se vieron rodeadas de una atmósfera emotiva y cargada de tensión, lo que dio lugar a obras de gran intensidad emocional. Esto puede verse en las esculturas de artistas como Lisipo, Aristónides y Agesandro, que crearon obras maestras que transmiten sentimientos de tristeza, desesperación o éxtasis.
Además, el Arte Helenístico se caracterizó por la influencia de estilos extranjeros, en particular los asiáticos. Los artistas griegos absorben influencias de las culturas persa y egipcia, lo que les permite crear obras más complejas y experimentales. La arquitectura también experimentó un cambio significativo durante este período, con la construcción de edificios más altos y más elaborados, como el famoso altar de Zeus en Pérgamo.
En la pintura, los artistas helenísticos desarrollaron una nueva técnica llamada «pintura de relieve», que consistía en aplicar capas de pintura sobre una superficie de mármol o estuco para crear un efecto tridimensional. Esta técnica permitió crear obras más complejas y realistas, con detalles como la textura del cabello o las arrugas en la piel.
El Arte Helenístico se caracterizó por su mayor naturalismo, patetismo, influencia extranjera y experimentación con nuevas técnicas. Estas características le dieron un nuevo sentido de profundidad emocional y dramática al arte griego, lo que lo convirtió en uno de los períodos más importantes y creativos de la historia del arte clásico.
Influencias Asiáticas y Occidentales
A medida que el Imperio Macedonio se expandía por Asia Menor, Oriente Medio y India, el arte helenístico comenzó a absorber influencias estilísticas y técnicas de estas regiones. La cultura persa, en particular, dejó su huella en la escultura griega, con sus patrones de ornamentación y diseño geométricos. Los artistas griegos también se inspiraron en las estatuas budistas y las representaciones de la realeza persa para crear obras que combinaban la elegancia helénica con el rigorismo oriental.
Por otro lado, la influencia occidental se hizo presente a través de los contactos con Italia y Sicilia, donde el arte etrusco y romano había desarrollado un estilo peculiar. Los artistas griegos comenzaron a adoptar elementos arquitectónicos y decorativos de este estilo, como las columnas corintias y los capiteles jónicos. Además, la tradición artística egipcia también ejerció influencia en el arte helenístico, especialmente en lo que respecta a la representación de figuras humanas y animales.
La interacción entre la cultura griega y las culturas extranjeras dio lugar a un estilo ecléctico y versátil, caracterizado por la fusión de elementos estilísticos y técnicas. El arte helenístico se convirtió en una síntesis de las mejoras y refinamientos del arte griego con las influencias culturales y artísticas procedentes de Asia y Europa. Esta capacidad para absorber e integrar influencias extranjeras permitió al arte griego evolucionar de manera única y creativa, dando lugar a obras maestras que siguen inspirando a artistas y aficionados hasta hoy en día.
Escultura y Patetismo
La escultura helenística
Durante el período helenístico, la escultura experimentó una transformación radical, caracterizada por un patetismo emocional y un mayor naturalismo. Los artistas griegos comenzaron a explorar nuevos temas y técnicas, que les permitían transmitir sentimientos más intensos y complejos en sus obras. La figura humana se convirtió en el centro de la escultura, y los artistas buscaban capturar la belleza y la trascendencia de la humanidad.
La búsqueda del patetismo emocional llevó a los artistas helenísticos a crear figuras con expresiones intensamente dramáticas. Las caras eran más realistas, con rasgos definidos y una mayor sensibilidad. Los ojos se convirtieron en el punto focal de la obra, transmitiendo empatía, angustia o tristeza. El patetismo no solo era un componente estético, sino también emocional, y los artistas helenísticos lograron crear obras que inspiraban sentimientos profundos en quienes las contemplaban.
El patetismo en la escultura helenística
El patetismo se convirtió en una característica distintiva de la escultura helenística. Los artistas buscan emocionar y conmover a su público, creando figuras que parecen vivas y reales. El patetismo no solo se reflejaba en las expresiones faciales, sino también en la pose y el gesto de los personajes. La tensión y la dramática se convirtieron en elementos clave para crear una obra maestra.
El patetismo también se manifestó a través del uso de materiales y técnicas innovadoras. Los artistas helenísticos comenzaron a trabajar con mármol blanco, lo que les permitió crear obras más delicadas y realistas. La técnica de la escultura llamada » contrapposto» se convirtió en popular, donde el peso del cuerpo se distribuía de manera asimétrica para crear una sensación de tensión y movimiento.
La escultura helenística fue caracterizada por un patetismo emocional y naturalismo. Los artistas griegos lograron crear obras que inspiraban sentimientos profundos en quienes las contemplaban, y el patetismo se convirtió en una de sus características más destacadas. La búsqueda del patetismo les llevó a experimentar con nuevas técnicas y materiales, lo que resultó en algunas de las obras maestras más famosas de la historia del arte griego.
Arquitectura y Tensión Estilística
Tensión Estilística en el Arte Helenístico
El arte helenístico se caracteriza por una tensión entre la tradición clásica greco-italiana y las influencias exóticas que llegaban desde Asia Menor y el Oriente Próximo. Esta tensión estilística se refleja en la arquitectura, donde los constructores griegos comenzaron a experimentar con formas y materiales nuevos. Por ejemplo, la construcción de templos como el Altar de Zeus en Pérgamo, que data del siglo II a.C., muestra una fusión entre la estética europea y asiática, con columnas corintias y un techo abovedado.
El Lenguaje Arquitectónico
La arquitectura helenística también se caracteriza por el uso de diferentes órdenes, como el jónico y el corintio, que habían sido desarrollados previamente en la época clásica. Sin embargo, los arquitectos helenísticos los utilizaban de manera innovadora, incorporándolos a estructuras más complejas y ornamentadas. Esto se refleja en edificios como el Teatro de Epidauro, construido en el siglo II a.C., que combina elementos arquitectónicos clásicos con ornamentación más exótica.
Influencias Asiáticas
La tensión estilística en la arquitectura helenística también se debió a las influencias asiáticas que llegaban a Grecia. Los constructores griegos adoptaron elementos como los pilares y las bóvedas de la arquitectura persa, y los combinaron con sus propias tradiciones. Por ejemplo, el Mausoleo de Halicarnaso, construido en el siglo IV a.C., es un buen ejemplo de cómo los griegos fusionaron elementos asiáticos con su propio estilo clásico.
La tensión estilística en el arte helenístico se refleja en la arquitectura, que combina tradiciones clásicas greco-italianas con influencias exóticas. Esto dio como resultado un estilo único y expresivo que caracteriza al arte helenístico.
Pintura y Mosaicos de Colores
La pintura en el arte helenístico
Durante la época helenística, la pintura experimentó un gran renacimiento, especialmente en la creación de obras de arte para la aristocracia y los ricos. Los artistas griegos desarrollaron técnicas innovadoras para crear mosaicos de colores que parecían vivos, utilizando pequeñas piezas de mármol y cristal para crear imágenes vibrantes y detalladas. Estas pinturas se utilizaban para adornar edificios públicos, como templos y teatros, así como para decorar interiores de mansiones y villas.
Las obras de arte helenísticas también mostraron un mayor interés en la representación de la realidad, con una mayor atención a los detalles y la textura. Los artistas utilizaban colores vivos y contrastantes para crear efectos dramáticos y emotivos, y no dudaban en experimentar con diferentes técnicas y materiales para lograr sus objetivos artísticos. Algunos de los ejemplos más impresionantes de pinturas helenísticas incluyen las obras de artistas como Apolodoro de Citium, que creó mosaicos para edificios públicos en Alejandría, y Panaenetus, que trabajó en la decoración interior de la Biblioteca de Alejandría.
Los mosaicos de colores
El arte helenístico también vio un florecimiento de los mosaicos de colores, que se convirtieron en una forma popular de expresión artística. Estos mosaicos eran generalmente creados utilizando pequeñas piezas de mármol o cristal que se combinaban para crear imágenes y patrones vivos y coloridos. Los mosaicos se utilizaban para decorar paredes, suelos y techos, y se encontraban en edificios públicos, como templos y teatros, así como en interiores de mansiones y villas.
Los artistas helenísticos desarrollaron técnicas innovadoras para crear mosaicos que parecían vivos, utilizando diferentes texturas y colores para lograr efectos dramáticos y emotivos. Los mosaicos eran particularmente populares en la Grecia helenística, donde se utilizaban para decorar edificios públicos y privados. Algunos de los ejemplos más impresionantes de mosaicos helenísticos incluyen las obras de artistas como Sotades, que creó mosaicos para edificios públicos en Alejandría, y Theodoros, que trabajó en la decoración interior de una villa en Delos.
Artistas Notables del Período
Lisipo (320-240 a.C.)
Considerado uno de los escultores más importantes del período helenístico, Lisipo fue originario de Sición en Grecia. Su estilo se caracterizaba por la naturalidad y la expresividad, lo que le permitió crear obras maestras como el famoso «Hércules Furente» y «Apolo Sauroctono». Sus esculturas fueron reconocidas por su realismo y patetismo, y muchos de sus trabajos se encuentran actualmente en el Museo del Louvre.
Agesandro (c. 255-215 a.C.)
Origenario de Milas en Asia Menor, Agesandro fue uno de los más influyentes escultores helenísticos. Fue conocido por su habilidad para crear figuras humanas y animales con una gran sensación de vida. Su obra más famosa es la «Laocoonte y sus hijos», que representa a un grupo familiar atacado por serpientes marinas. Esta escultura se considera una de las obras maestras del arte helenístico.
Polidoro (c. 250-220 a.C.)
Proveniente de Bodas en Asia Menor, Polidoro fue otro destacado escultor helenístico. Fue conocido por sus figuras femeninas, como la «Venus Pudica», que representa a la diosa Venus cubierta con un velo. Sus obras se caracterizaban por su gracia y belleza, y muchos de ellos se encuentran actualmente en el Museo Capitolino de Roma.
Cares de Lindos (c. 200-150 a.C.)
Origenario de Lindos en Rodas, Cares fue un escultor helenístico destacado que trabajó para los soberanos de Pérgamo y Esmirna. Fue conocido por sus figuras humanas y divinas, como la «Aphrodite de Cnido», que representa a la diosa Afrodita. Sus obras se caracterizaban por su realismo y naturalidad, y muchos de ellos se encuentran actualmente en el Museo Británico.
Estos artistas, entre otros, contribuyeron a crear un estilo artístico único y memorable en el arte griego helenístico, que sigue influyendo en la creación de obras maestras en la actualidad.


